viernes, 14 de junio de 2013

Te duermes, Belli - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Te duermes a mi lado.
Caes silenciosamente en ese mundo
donde yo puedo ser alguna remota conocida,
una compañera de banca de parque o la amante
que acabas de dejar para evadirte a esa región donde, mutuamente,
nos privamos de la palabra.

Me conmueve verte dormido, hundido en las sabanas
con el abandono del sueño, enigmáticamente
encerrado en tu cuerpo.

También yo me dormiré y entonces quizás te despiertes
y pienses esto que yo estoy pensando, tal vez
me imaginarás enredada en algún árbol enmarañado
de los que sabes que me encantan y me quieras alcanzar tocándome,
sacándome del mutismo de estación
de radio apagada, volviéndome a traer hacia tu lado,
hacia el amor que nos dio el sueño.

miércoles, 12 de junio de 2013

Cabellera, Bartolomé - Selección Alberto Díaz Hermelo

Regálame tu larga cabellera
mi joven concubina
Déjame verla ondeando con el viento
Envuélveme con ella
Óyeme bajo ella decir cuánto te amo

Te amo tanto así
pero quiero saber si con tu cabellera
crece también mi amor

¿Por qué quiero jugar con el Abismo?

Sólo la Luna sabe.

martes, 11 de junio de 2013

Dilo, dilo otra vez..., Barret - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Dilo, dilo otra vez, y repite de nuevo
que me quieres, aunque esta palabra repetida,
en tus labios, el canto del cuclillo recuerde.
Y no olvides que nunca la fresca primavera

llegó al monte o al llano, al valle o a los bosques,
en su entero verdor, sin la voz del cuclillo.
Me saluda en las sombras, amado mío, incierta,
esa voz de un espíritu, y en mi duda angustiosa,

clamo: «¡Vuelve a decir que me quieres!» ¿Quién
teme un exceso de estrellas, aunque los cielos colmen,
o un exceso de flores ciñendo todo el año?

lunes, 10 de junio de 2013

Cintia deleitosa, Barba - Selección Alberto Díaz Hermelo

       

        Como una flor arcana, llameando
        bajo el turquí del cielo apareció.
        Fue su amor mi almohada matutina;
        su seno azul, de gota coralina
        en el pezón, de noche mi almohada.

        Y era esencia tan dulce y regalada
        la de su carne en flor, la de su boca
        por enjambres de besos habitada,
        la de su axila, ¡leche con canela!,
        que un ansia de gozarla me extenuó.

domingo, 9 de junio de 2013

Miedo, Aub - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Todo está llano
oscuro solitario
solo ¿dónde está el viento?
Allí. ¿Qué ruido...? Ninguno
y de pronto agudo
fino, fino, silbo un tiro
el viento murió de miedo.
Nadie.
¿Quién va? ¿Quién viene? ¿Quién sale?
¡Madre! ¡Llévame!
¡Nunca te conocí!
Por eso estoy aquí.
¡Madre oscura, noche clara
llévame a Tel-Aviv!
¿Qué vine a hacer aquí?

sábado, 8 de junio de 2013

Mar, Atencia - Selección Alberto Díaz Hermelo

   
    Bajo mi cama estáis, conchas, algas, arenas:
    comienza vuestro frío donde acaban mis sábanas.
    Rozaría una jábega con descolgar los brazos
    y su red tendería del palo de mesana
    de este lecho flotante entre ataúd y tina.
    Cuando cierro los ojos se me cubren de escamas.

    Cuando cierro los ojos, el viento del Estrecho
    pone olor de Guinea en la ropa mojada,
    pone sal en un cesto de flores y racimos
    de uvas verdes y negras encima de mi almohada,
    pone henchido el insomnio, y en un larguero entonces
    me siento con mi sueño a ver pasar el agua.

jueves, 6 de junio de 2013

La encantada, Arteche - Seleccion Alberto Diaz Hermelo


   

    La encantada, la ofendida,
    la trocada y trastocada,
    la que a mí me mudaron
    como árbol sin hojas,
    como sombra sin cuerpo.
    Dios sabe si es fantástica o no es fantástica,
    si en el Mundo se encuentra o no se encuentra.
    La que veo y se esconde,
    la que los niños siempre miran,
    la que jamás verán los Mercaderes,
    la que aparece
    y desaparece.
    La que conmigo muere
    y me desmuere.
    La visible,
    la invisible
    Dulcinea.

martes, 4 de junio de 2013

Sensación de otoño, Gaos - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Amo el otoño y amo su tristeza,
su cielo gris, sus árboles borrosos
entre la niebla, vagamente hermosos...
¿No amáis también vosotros la belleza

desnuda del otoño? El alma empieza
a hacerse buena y honda. ¡Y qué piadosos
se hacen los viejos sueños ardorosos!
¡Qué humana ahora la naturaleza!

Oh cielo bajo, luz tan tamizada,
luz tan vencida, compasivo empeño
de dar al hombre asilo y sombra amada.

No sé si el mundo es ya triste o risueño.
Dios se ha dormido. El alma está callada.
Se me ha llenado el corazón de sueño.

domingo, 2 de junio de 2013

Piedra, Pacheco - Seleccion Alberto Diaz Hermelo

   

    Lo que dice la piedra
    sólo la noche puede descifrarlo

    Nos mira con su cuerpo todo de ojos
    Con su inmovilidad nos desafía
    Sabe implacablemente ser permanencia

    Ella es el mundo que otros desgarramos